jueves, 10 de febrero de 2011

Cartas desde el corazón...

Manolo,
para mí eres la mejor persona que he conocido hasta ahora. No sé cómo explicarte mi sentimiento, pero cualquier palabra, mirada o gesto tuyos son para mí muy importantes. El otro día me puse a llorar en clase porque me dijiste que podía haber hecho mejor el examen. Nadie podía entenderme porque lloraba, ya que había sacado un sobresaliente. A mí me dolía que te hubiera decepcionado. Creo que nunca he querido a nadie tanto como te quiero a ti. Sé que tú eres mi profesor y yo tu alumna, pero no puedo evitar lo que siento hacia ti. Jamás me atrevería decírtelo directamente y por eso te escribo esta carta. No puedo imaginarme mi vida sin ti. El otro día me sentía muy feliz porque me dijiste que si tuviera diez años más te casarías conmigo. A mí no me importaría esperar lo que sea para un día se cumpla este sueño.
Te quiere tu Bruji

Manuel,
desde día que te conocí supe lo que realmente era amor. Tu mirada traspasó mi vida entera sintiéndome amada hasta el fondo de mis entrañas. En ese instante comprendí que mi vida no tendría sentido sin ti. Cuando tus largos viajes de trabajo nos separan, algo ensombrece mis días y cuando vuelves, vuelve la alegría a mi corazón. Un día sentí que aunque pasara lo que pasara me encantaría pasar el resto de mi vida a tu lado… y al día siguiente me pediste la mano. Las lágrimas de amor profundo bañaron ese instante tan feliz. Y temerosamente te respondo que Sí, que quiero aunque me da miedo decepcionarte un día y que nuestro amor un día llegue a su fin. Preferiría la muerte antes que eso…
No sé si hay palabra que puede reunir todo mi deseo y mi amor que quiero expresarte en esta carta. Me siento afortunada a tu lado, fortalecida en tu amor, eres el espejo de mi alma, el sentido de mi existencia, el impulso hacia un futuro por construir juntos.
Tu Anna

Manuel,
cuando te conocí no me llamaste la atención. Mis compañeras de trabajo no dejaban de gastarme bromas respecto tuyo hasta que me fijé en ti. Nuestro amor fue un camino sencillo sin grandes pasiones, pero sabía que tú eras aquel a cuyo lado me gustaría pasar el resto de mi vida. Nos casamos y llegaron los dos mejores regalos de nuestra vida- nuestros hijos. Ahora cuando ya no están y construimos nuestro amor de un modo nuevo, me doy cuenta de lo felices que hemos sido. Después de los problemas que tuvimos al trasladarnos, que casi llegan a romper nuestra unión, vinieron días de bendición en las Misiones populares donde caí en la cuenta de que a pesar de todo, te amo mucho más ahora que cuando nos casamos. Todo lo que vivimos juntos: lo bueno y lo conflictivo ha hecho nuestro amor más verdadero, más profundo. Doy gracias a Dios por Ti, nuestro matrimonio es lo mejor que ha podido pasarme en mi vida.
Anna

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