EL BUEY Y LA MULA
(Por qué la mula y el buey estuvieron en el Portal de Belén)
Mientras José y María iban de viaje hacia Belén, un ángel reunió a todos los animales. Quería elegir a los que mejor pudieran ayudar a la Sagrada Familia en el establo. Entonces no había calefacción y necesitaban a algún animal para que les proporcionaran el calor.
Naturalmente el león fue el primero de todos en presentarse:
-Sólo un rey es digno de servir al Rey del mundo. Yo me colocaré en la entrada y destrozaré a todos los que intenten acercarse al Niño.
- Eres demasiado violento- le respondió el ángel, en el Belén no queremos gente violenta.
De repente poco después se presentó la zorra de la nieve y con aire inocente insinuó:
- Yo soy el animal que se necesita. Todas las mañanas robaré para el Hijo de Dios las mejores mieles y la leche más perfumada. Además llevaré todos los días un buen pollo a María y José.
-Eres demasiado poco honesta, en el Belén no queremos gente poco honesta,-dijo el ángel.
En esto llegaron dos esplendorosas y presumidas mariposas. Desplegaron sus magníficas alas de color del arco iris y proclamaron:
- Nosotras transformaremos ese pobre establo en una estancia mucho más bella que el palacio de Salomón.
- Sois demasiado vanidosas, en el Belén no queremos gente vanidosa, le replicó el ángel.
Y así pasaron uno tras otro, muchos animales más. Cada uno ponderaba su propio don. Todo fue vano. El ángel no acababa de encontrar ni uno solo que mereciera la pena. Entonces miró alrededor del portal y vio que el buey y la mula con cabeza baja seguían trabajando en el campo cercano de un labrador.
El ángel les llamó:
-¿Es que vosotros no tenéis nada que ofrecer?
-Nada de nada,- respondió la mula y aflojó mansamente sus largas orejas. Nosotros sólo hemos aprendido la humildad y la paciencia del trabajo hecho día a día. Y el buey, tímidamente y sin ni siquiera levantar los ojos dijo:
-Pero podremos de vez en cuando matar moscas con el rabo.
El ángel sonrió por fin:
-Vosotros dos sois los más adecuados para estar aquí. La gente sencilla y humilde es la que llega con facilidad a Belén.
Un día me sorprendí ante un descubrimiento - mi corazón - era una rebanada de pan del que se desprendían las palabras en forma de migajas...
miércoles, 22 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
Me pongo en camino
El caballero Arnaldo
Al caballero Arnaldo le gustaba comer las setas asadas con la salsa de la carne. Si podía elegir la carne, prefería las chuletas del jabalí recién cazado. Para ello organizaba cada semana la caza e invitaba a algunos de los caballeros de la corte. Sus sirvientes temían ese día porque les obligaba a buscar setas que ellos confundían. ¡Qué angustia! Al volver al castillo el cocinero se ponía a guisar la carne con las setas que ellos tenían que probar antes que su dueño, cuya mente estaba completamente ocupada en las guerras, las cazas y las damas.
jueves, 2 de diciembre de 2010
AULA CREATIVA
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